La obra gráfica es la parte más íntima y libre de la producción artística. Goya, al igual que Gutiérrez Solana1, reflexiona sobre los temas más profundos y personales cuando utiliza el grabado para interpretar la realidad que le rodea. Otros artistas como Picasso utilizan diferentes técnicas gráficas para adquirir una mayor libertad. En el grabado surge lo imprevisible y se descubren imágenes inéditas por pura experimentación. Así, aparece la intuición del artista que plantea ideas o imágenes germinales que posteriormente desarrollará con otros materiales. La obra gráfica es lo frágil y lo inestable; es el íntimo secreto de los artistas e incluso de los coleccionistas. Estrella de Diego dice que son historias particulares de principio a fin: Con mucho de íntimo para quienes las imaginaron y tanto de secreto para quienes las atesoran. Por eso las obras en papel acaban siendo la parte más personal de la colección y se enseñan con mesura; se dosifica su presencia. Permanecen ocultas incluso para la mirada del propietario porque debido a la extrema delicadeza del material deben descansar largas temporadas.

1. José Gutierrez Solana. El cojo de la Taberna. Aguafuerte, 17 x 20 cm.
Esta selección de grabados y obra gráfica propone diferentes visiones sobre la iluminación y el misterio de la sombra. Posiblemente ningún medio de expresión plástica como el grabado es una huella luminosa sobre la oscuridad. Existe una gran variedad de medios y técnicas graficas desde las más tradicionales como el aguafuerte, la punta seca o la xilografía a las más innovadoras como la serigrafía o las técnicas digitales pero todas experimentan con la luz. El misterio de una obra de arte no solo viene dado por la iluminación y el efecto de las sombras, como en la gran mayoría de la pintura tradicional, sino por la distribución de la luz para crear un espacio plástico. Caravaggio lleva hasta el límite el misterio de una escena mediante un juego de luces y sombras muy teatral; por el contrario, Velázquez(1) utiliza sombras imperceptibles sobre un fondo prácticamente plano. En el simbolismo aparecen muy pocas sombras pero el mundo de la noche está siempre presente. En la pintura moderna el misterio no viene del uso de las sombras sino de las relaciones luminosas adecuadas para la expresión plástica personal. Aunque, a veces se utilizan las sombras renunciando a toda intención naturalista para crear un efecto enigmático como en la pintura metafísica(2). El misterio en la obra gráfica viene dado por las relaciones luminosas adecuadas para la expresión espacial.

2. Joan Miró. L’oiseau Lunaire. Litografía 38 x 56 cm.
El tema de la luz ha irradiado un poder de fascinación en muchos de los artistas del siglo XX. Siempre como la respuesta a un interrogante que se ha planteado el hombre desde el principio de los tiempos: buscar una estrella en la profundidad de la noche. El surrealismo de Miró y Dalí y posteriormente Tápies y el Grupo Dau al Set reivindicaron la pintura romántica y simbolista sobretodo por su visión nocturna. Los pintores románticos realizan grandes cuadros exaltados con enormes cielos violetas y grises, tierras sombrías, soles incandescentes, estrellas y claros de luna. Así, inician la visión moderna del mundo y el misterio de la oscuridad. Miró continúa la visión poética de la enigmática presencia de la noche. Sus obras aportan una idea luminosa de la vida porque seguramente son las estrellas su motivo más reiterado. El propio artista contaba la desolación de la época que le tocó vivir cuando sucedió el triste desenlace de la Guerra Civil Española y la invasión de las tropas nazis en Francia. Pensaba que todo estaba perdido y que las fuerzas regresivas le impedirían pintar y únicamente, según sus propias palabras: podría trazar dibujos en la arena de la playa o con el humo de un cigarrillo, para que los borrase el mar o se difuminasen en el aire. Estaba muy pesimista y sólo la noche y las estrellas le consolaban para crear en la clandestinidad. Así, nació la serie de las Constelaciones en Normandía en enero de 1940. Esta serie de pinturas y acuarelas tiene una gran potencia gráfica y espacial que cautivaría a los pintores del expresionismo abstracto americano, ya que se expusieron por primera vez unos años más tarde en Nueva York.
Tanto la pintura como la obra gráfica de Miró mantiene una unidad iconográfica por lo que en las obras de un mismo periodo sean telas o papel apenas existen diferencias. Miró en la litografía L’oiseau Lunaire2, una de las obras más sugerentes de esta exposición, muestra la profundidad de una noche en la que se mueven signos de pájaros y plantas heridos por un gran círculo rojo a modo de luna sangrienta que domina la composición.
3. Joan Miró Femme et oiseau dans la Nuit. Litografía 38 x 83 cm.
Otra composición nocturna es el monotipo Femme et oiseau dans la nuit3 en la que aparece un gran trazo negro continuo que describe una figura recostada con un pájaro. La intensidad del trazo flota en el sugerente azul ultramar de la noche. Estas dos obras de 1967 siendo plenamente mironianas resultan sorprendentes por su austeridad cromática y la utilización del negro de una manera casi dramática. Los símbolos son trazos de una abstracción rotunda que se vuelven caligráficos, recordando al Miró de la época surrealista pero insertado en la tradición española. Un paralelismo visual muy claro se establece con la obra nocturna Personajes Luz4 de Wifredo Lam editada por Maeght en 1953.

4. Wifredo Lam Personajes Luz. Litografía 44,5 x 58 cm.
En ésta obra aparecen fugaces personajes iluminados por una luz espectral sobre un fondo negro. Tampoco Dalí pudo librarse del embrujo de la noche. La oscuridad y los sueños están íntimamente unidos y tal vez no hay artistas más soñadores que Miró y Dalí. Fueron dos visionarios que tuvieron los ojos abiertos al fulgor de la luz; dos durmientes en la vigilia. Miró es la expresión de los sueños espontáneos de la infancia con el que construye un cosmos universal para expandir su luz interior. Dalí, por el contrario, bucea en los sueños perversos para que broten de la oscuridad del inconsciente y crear su mundo personal. Son dos tipos diferentes de sueños que conducen al esplendor de las sombras en la pintura moderna española.

5. Salvador Dalí. La jirafa en llamas. Litografía 73,5 x 50 cm.
Dalí prefiere el mundo vaporoso y el claroscuro del atardecer para representar sus características figuras. Como en la litografía La jirafa en llamas5 que aunque es una obra tardía posiblemente de 1975, conserva los símbolos surrealistas de sus obras anteriores. En primer término a la derecha aparece un personaje en la sombra que porta un gran cazamariposas mientras que una jirafa se consume quemada con los últimos rayos de sol. Esta figura que se dirige hacia la izquierda, parece cabizbaja porque no es capaz de cazar al elefante de orejas de mariposa ni tampoco la leve luz del atardecer que se le escapa entre los hilos del cedazo. La enigmática escena parece sacada del mundo de los sueños donde las sombras suaves y alargadas difuminan los personajes para crear otra realidad paralela similar al duermevela.

6. Pablo Picasso. Cabeza de mujer en la sombra. Linóleo, 27 x 22 cm.
Picasso es el continuador del mundo de la noche de los grabados de Goya. El Guernica y los Caprichos de Goya no se asemejan en cuanto a la técnica pero sí se relacionan en su complejidad de significados. Porque despiertan un universo dormido o el inconsciente que ilumina partes desconocidas del ser interior. La mujer portadora del quinqué en el Guernica(3) intenta poner un poco de luz en una realidad dramática; porque el mundo existente, no sólo es el de la triste realidad del momento sino el que se descubre desde el interior luminoso de uno mismo. Picasso aborda el tema de la noche y su misterio fragmentando el espacio en negro con su mirada caleidoscópica como en el linóleo Cabeza de mujer en la sombra6.
Los artistas de los años sesenta del pasado siglo experimentan con la obra gráfica sobre papel realizando algunas de sus mejores obras con una gran variedad de estilos y técnicas muy innovadoras. Nombres como Andy Warhol, Lichtenstein, Sam Francis, Oppenheim, Rosenquist, Hans Hartung, Tapies o Alechinsky entre otros investigan con el grabado y los nuevos medios de comunicación gráfica realizando piezas que tienen la categoría de obra mayor. El núcleo central de ésta exposición lo constituye el Pop Art americano y el Informalismo europeo porque plantean nuevas vías para el arte actual.

7. Andy Warhol. Grey Mao. Serigrafía 85 x 75 xm.
Andy Warhol inicia con sus series de iconos de los medios de comunicación como Elvis Presley, Marylin Monroe o Mao una repetición y variación del mismo tema para enfatizar los mass-media y la sociedad de consumo. Una obra paradigmática es Grey Mao7 donde la contención de los tonos grises y la vibración luminosa nos anticipa la China actual gris pero a la vez abierta a la repetición y el consumismo. Aunque se suele asociar la pintura pop a los vivos y luminosos colores, Warhol se preocupó periódicamente por el tema de las sombras para buscar una cierta tensión dramática. En un principio se interesa por las sombras de naturaleza simbólica de Giorgio De Chirico para reemplazarlo por sombras planas sin historia. Sus series de personajes famosos buscan la desaparición del relato pictórico para sustituirlo por un mundo de apariencias y repeticiones. Frecuentemente en los retratos de Warhol vemos una imagen basada en el doble juego del negativo fotográfico, que representa el objeto en su estado fantasmagórico y misterioso. En Mao Grey la representación es el negativo del personaje en el que la sombra plana aparece de manera insistente. La litografía-monotipo Marylin Monroe I love your kiss forever8 de 1964 está basada en la famosa serie de la estrella de cine pero cogiendo solamente un elemento de la cara como son los labios. Éstos al no estar en relación con el rostro adquieren un carácter misterioso y aparecen como unos ovnis enigmáticos flotando en un espacio oscuro y premonitorio.

8. Andy Warhol. Marilyn Monroe I love your kiss. Litografía 41 x 58 cm.
James Rosenquist investiga también con las sombras producidas por los objetos como si fueran huellas de colores sobre la plancha de grabado. En los años 60 fue el principal maestro de la fragmentación, un procedimiento estético reiteradamente utilizado por el movimiento pop. La litografía Foco9 muestra una técnica pictórica en la que se mezclan diferente puntos de vista, palabras y objetos cotidianos para conseguir un efecto de intensidad y espontaneidad muy contemporánea. En los años 70 evoluciona hacia una representación más abstracta donde utiliza secuencias y huellas de objetos luminosos como en la obra Shadows donde experimenta con el grabado a la aguatinta y pochoir.

9. James Rosenquist. Foco. Litografía 41 x 58 cm.
Roy Lichtenstein utiliza un colorido plano y primario que proviene de las tiras de cómic ampliadas. La repetición y ampliación de los puntos benday, en contraste con las tintas planas revela los métodos de reproducción y serialización de masas. En Light Spray10, la secuencia de las dos imágenes nos da cierta idea del tiempo de la narración. El impacto visual del chorro de luz del spray contrasta con el detalle del rostro produciendo un efecto vitalista y luminoso de los colores como si fueran letreros luminosos de neón.

10. Roy Lichtenstein. Light Spray.Litografía díptico, 34 x 58 cm.
El mundo de la noche y los luminosos está también en la obra de Claes Oldemburg y Jim Dine. La obra de éste último aporta una nota personal y neodadaista a la experiencia cotidiana del pop americano. Dine, que es considerado uno de los grandes artistas vinculados a las artes gráficas por la calidad de su obra y la variedad técnica, está representado por la litografía A Dream. En esta obra la intensidad del negro es roto por el blanco de los dos focos y la luz condensada que emiten los colores primarios.

11. Peter Philips. Nocturno Mecánico. Serigrafía, 53 x 76 cm.
En la obra de Robert Indiana aparece el movimiento luminoso de los signos primarios como flechas y números; al igual que en Nocturno11 Mecánico de Peter Phillips. La extensión de las propuestas pop a nivel internacional se puede apreciar en la obra de Valerio Adami, Pablo Casals en un interior iluminado y en las primeras obras de Gordillo como en la litografía Dos cabezas iluminadas12.

12. Gordillo Dos cabezas iluminadas. Serigrafía díptico, 50 x 76 cm.
Jorge Castillo realiza entre 1968 y 1970 alrededor de 300 aguafuertes y algunas litografías con un estilo mezcla de pop y un espíritu ecléctico que anticipa el arte de los años 80. Este estilo pop y decadente a la vez se puede apreciar en la reinterpretación del icono del grabado por antonomasia como es La melancolía de Alberto Durero. Esta obra de 1971 nos trasmite una sensación de fragmentación y derrumbe a pesar de identificarse todos los elementos clásicos y equilibrados de la famosa obra de Durero. Ello se debe a la inversión de la escena y al añadir algunos pequeños símbolos, como el enigmático cráneo de simio en la parte inferior izquierda y algunas maderas rotas y astilladas. También en la parte central hay un revoltijo de líneas que parece un monstruo muy pop que tiene poco que ver con la tranquilidad del perro de la obra original de la que parte. Una luz intensa como del amanecer se proyecta desde el fondo para derramar sombras radiales hacia el espectador que envuelven la escena en una profunda tristeza. En el aguafuerte y aguatinta Interior de 1976 también el mundo del claroscuro es el auténtico protagonista. Las sombras envuelven el espacio, mientras la luz que se concentra en las puertas; no se sabe muy bien si para entrar en la estancia o escaparse apresuradamente. El aspecto de molicie y derrumbe también es característico de José Hernández con sus obras Arquitectura y Composición13 donde la intensidad de la sombra adquiere todo el protagonismo.

13. José Hernández. Arquitectura y Composición. Aguafuerte, 64 x 54 cm.
La profundidad y la intensidad cósmica del negro se pueden apreciar en las obras P.1971-L.214. y P.1971-L.15 de Hans Hartung que se encuentran entre lo más despojado y vacío de este artista para expresar la profundidad del negro. Con un mínimo de relaciones plásticas consigue un máximo de intensidad emocional sin recurrir a grandes gestos.
14. Hans Hartung. P.1971-L.2.. Litografía, 60 x 87 cm.
También en la litografía Suite 63 x 90 de Tapies los trazos son contenidos y equilibrados. En esta obra aparecen dos signos, como acotaciones o barras características de su estilo, para delimitar el espacio y la expansión de la sombra. Los paréntesis y otros gestos son los protagonistas velados de una materia terrosa como si fuera un fondo de alcantarilla. Estas huellas muestran la presencia del vacío como un ejercicio de introspección y depuración ascética.
La intensidad y simplicidad del gesto aparece también en la obra Sin Título del año 1962 de Joan Hernández Pijoan y en la litografía S/T15 de Clavé. En estas dos obras, lo gestual se reduce a una línea gruesa que flota en un espacio que potencia el vacío y por su apariencia despojada recuerda la caligrafía oriental.

15. Clavé. S/T. Litografía 50 x 76,5 cm
Sam Francis pertenece a la generación del expresionismo abstracto americano que en sus inicios investiga con grandes manchas y goteos de pintura. Realiza una síntesis del dripping de Pollock y la espontaneidad de la caligrafía japonesa. Esta sensibilidad oriental y cósmica a la vez se aprecia en la serie de seis litografías Black Stone de 1964. También el Grupo Cobra investiga con la caligrafía automática y la espontaneidad del dibujo infantil. Este grupo fundado en 1948 por Karel Appel, Alechinsky, Asger Jorn, Constant y Corneille surge para buscar la expresividad y la intensidad de los colores puros. Aunque el estilo de cada uno de los artistas de este grupo es muy diferente la preocupación por los colores espontáneos y una luz muy intensa y diurna es una constante en sus obras. La luz del sol como contrapunto del negro de la noche. La energía vital de la irradiación luminosa como la otra cara de la moneda del misterio de la oscuridad nocturna. El gesto y el color muy intenso a la vez que una luz cegadora se puede apreciar en las imágenes de Karel Appel. En las litografías Luz de verano16 y Personajes se aprecia la expresividad del automatismo y la luz intensa de los dibujos infantiles.

16. Karel Appel. Luz de Verano Litografía 41 x 58 cm.
Pier Alechinsky en los años cincuenta abandona el óleo y descubre las tintas y la caligrafía oriental. Inicia un estilo con un bestiario inquietante y muy personal a la vez que comienza a trabajar con los soportes en el suelo, lo que le da otro punto de vista diferente. En la obra Small Bed se puede ver su escritura personal y sus signos automáticos de personajes en un espacio de luz. La importancia de las viñetas a nivel compositivo, el trazo negro y el color explosivo es otro de sus rasgos distintivos, como se puede apreciar en Le Cambre17. En esta obra se representa la intensidad del sol de verano en un parque. La luz cegadora invade toda la composición que ocupa casi en su totalidad el amarillo del sol, a la vez que el espacio aparece fraccionado en diferentes secuencias en los márgenes.
17. Pier Alechinsky Le Cambre. Serigrafía, 65 x 42 cm.
Bram Van Velde en Light composition in orange and blue18 interpreta la luz como un amarillo indio encontraste con su sombra de azul ultramar.

18. Bram Van Velde.Light composition in orange&blue.Litogr, 48 x 34cm
La luz del sol también es uno de los temas principales en la obra gráfica de Calder. En Soleil representa la irradiación solar por medio de círculos concéntricos que da vida a una serie de manchas rojas y negras que recuerdan pequeñas flores y hojas. En otra pequeña litografía del mismo autor editada por Derrier Le Miroir aparece un sol/cara amarillo muy sonriente sobre un fondo blanco en contraste con la forma negra/móvil de la parte superior. El sol que contagia el optimismo del amarillo como metáfora de todo lo espontáneo y vital que es la fuente del arte.

19. Matisse Verve. Litografía, 35 x 26 cm.
En la litografía Verve19 de Matisse se establece un equilibrio entre el día y la noche o entre la luz o la sombra. En toda su obra se aprecia esta dicotomía y es interesante como resuelve en esta obra el dilema planteado. Para ello utiliza diferentes planos de color para crear el espacio. El blanco de la hoja del papel actúa como la luz diurna recorriendo la composición como unas líneas serpentinas y ondulantes. Estas líneas a pesar de ser el mismo papel blanco se sitúan en el primer plano y parecen aproximarse al espectador y a la vez equilibrar toda la composición. La figura aparece sobre un fondo gris muy leve casi blanco para destacarla del fondo azul ultramar y negro de la noche. Las letras en negro de Verve completan el juego plástico de la luz y la oscuridad. Matisse en su obra gráfica sobre papel actúa con total libertad. Muchas veces repite los mismos esquemas para llegar a la máxima depuración de la idea y poder conseguir la expresión y luminosidad perfecta.

20. Pablo Palazuelo Terre Noire II. Litografía, 56 x 38 cm.
Pablo Palazuelo y Eduardo Chillida realizan una obra muy personal partiendo de los planteamientos de la abstracción geométrica y la luz. Palazuelo toma como base el Constructivismo puro para derivar a la construcción de espacios cósmicos y psíquicos como en la obra Terre Noire II20.
Chillida con el grabado Lurra explora la luz con sus características formas que avanzan en relieve sobre el blanco de la hoja. El espacio interno de la obra y la luminosidad son los auténticos protagonistas; al igual que en Fragmento Scalle II: Sombra de Elena Assins en la que aparece una forma/muro que destaca sobre la luz/vacío del papel en blanco.
Antonio Saura desde sus primeros grattages y dibujos de los años cincuenta busca lo irracional y la expresividad de la luz. La incontinencia de sus líneas es amortiguada por el uso muy austero del color generalmente reducido al negro y los grises. Utiliza el negro intenso de la tradición de la pintura española y busca inspiración en El Greco, Velázquez o Goya. En la litografía El perro recrea el cuadro de Goya para convertirlo en un espacio/abismo de negro.

21. Carlos Saura. Night. Litografía 41 x 58 cm.
En Night21 de 1964, el gesto ocupa todo el espacio para realzar el dramatismo de una crucifixión con la luz trágica del anochecer. El brillo del rescoldo de las brasas antes del negro absoluto o el chispazo de la luz de una vela antes de apagarse definitivamente como metáfora del tiempo y de la vida. La evanescencia, en definitiva, es el tema también de numerosos artistas como Fernando Zobel, Baruj Salinas o Jean Paul Riopelle.
El eclecticismo del arte de los años ochenta ofrece unas propuestas estilísticas muy variadas pero que a veces recuerdan otras más atrevidas de las vanguardias históricas. En la obra Rostro de Helmut Middendorf los colores están muy saturados y realzados con grandes brochazos negros para sugerir la iluminación artificial nocturna. Esta obra es típica del neoexpresionismo alemán aunque nos recuerda el cabaret alemán de la época dorada anterior. La obra Sin Título de José María Sicilia parte de la abstracción radical del negro sobre blanco de Malevich para hacer una reinterpretación posmoderna con sus características texturas. También en Ita Serot: día y noche original de Zush se utiliza una figuración posmodernista que bebe en diferentes fuentes e inicia la clonación y fragmentación pixelada que anuncia la era digital.
Christo, Vostell, Dennis Oppenheim y Nam June Paik son los artistas del arte conceptual y ambiental mejor representados en esta muestra. Valley Curtain: The night22 de Christo es un cartel litográfico y collage que describe la famosa obra de land-art realizada en un valle de Colorado (EEUU). En esta obra se busca el efecto nocturno de la enorme instalación. Dennis Oppenheim intoduce cambios en el paisaje natural para modificar nuestra percepción. Su litografía Newton discovering gravity23 muestra su característico grafismo y las ideas o modificaciones que lleva a cabo en la naturaleza. Nam June Paik, el pionero del videoarte, con la obra Moon Video Sequence muestra series de pequeños iconos sobre un espacio en blanco. Sobre esta litografía, como parte de la obra, se proyecta un video con imágenes de la luna. En esta instalación tanto la imagen fija secuenciada como la imagen audiovisual en movimiento hablan fundamentalmente de la poética luminosa.

22. Christo. Valley Curtain:The night.Cartel litogr. y collage,112 x 76 cm.
Actualmente perviven propuestas puramente conceptuales y antiformalistas como en la obra de Isidoro Valcárcel Medina, Paul Elliman o Antonia del Río (1983-) que se opone a la obra de arte como objeto de consumo cultural. Para estos artistas, el arte es solo un espacio de luz para pensar. Están en contra de los valores puramente estéticos porque sirven a los valores establecidos. Valcárcel Medina con su libro de artista La Colección del MNCARS muestra los planos del Museo Reina Sofía y la relación de los cuadros con el espacio expositivo de una manera nueva y objetiva. La obra Alimento discursivo teórico de Antonia del Río es una instalación formada por una recopilación de citas en diez portafolletos de metacrilato. Por su carácter fragmentario y el orden elegido al leer los textos se invita a una reflexión particular y personalizada. Todas estas obras pretenden iluminar la conciencia para limpiar la mirada del poso tradicional y acceder a una nueva experiencia artística aunque sea puramente teórica.

23. Dennis Oppenheim. Newton discovering gravity. Litogr. 90 x 61 cm.
Las últimas tendencias siguen las pautas de ruptura de los límites entre diferentes disciplinas como el dibujo, artes gráficas, video, escultura o pintura. Las nuevas propuestas combinan diferentes materiales imposibles como el collage fotográfico, grabado, litografía, serigrafía o impresión digital. Las obras se despliegan como una instalación donde conviven diferentes técnicas dentro de una unidad conceptual que amalgama el propio artista. Una característica común de algunas piezas de los primeros años del siglo XXI es que incluye la luz física por medio de lámparas, bombillas o neones. Como en la obra Luz Interior/OIL de Ignacio Parrilla(4) que es una instalación multimedia formada por dos linóleos de grandes dimensiones y lámparas de aceite en el suelo sobre las que se proyecta un video. En El proyecto de máquina para transformar luz en agua de curiosidad de Jesús Palomino aparecen carteles impresos y serigrafías de diferentes formatos junto con papel de aluminio y una lámpara fluorescente que da unidad al conjunto. La luz realza los mensajes que inciden en la conciencia social, individual y psicológica.
Zóbel introduce el aprecio de la obra gráfica en España a finales de los años cincuenta. En 1966 por su iniciativa se crea el Museo de Arte Abstracto de Cuenca y se exponen las primeras serigrafías del Museo realizadas por diferentes artistas que están incluidos en esta colección como Guerrero, Mompó, Saura, Torner y Zóbel24 entre otros. En ese momento había muy poco interés por la obra gráfica en España a pesar de la gran calidad del momento.
Solamente a partir de los años ochenta se produce una auténtica valoración hasta llegar a la actual consideración de un medio de expresión tan importante como cualquier otro. Porque no hay que olvidar que aunque la obra pertenezca a una serie de tirada limitada, es una auténtica obra original. Actualmente el concepto de obra gráfica es muy amplio y se interrelaciona con otras formas de expresión plástica para alcanzar nuevos retos artísticos en el futuro. Esta exposición de arte gráfico contemporáneo es una selección de las propuestas más interesantes que experimentan con la luz como el medio de expresión fundamental en el arte moderno.
NOTAS
(1) Velázquez utiliza sombras imperceptibles sobre un fondo plano como se puede apreciar en diferentes retratos de cuerpo entero como el de Pablo de Valladolid. Las sombras velazqueñas siempre reclaman poca atención al igual que las sombras difusas de la realidad que nos rodea. De esta manera, el artista centra la mirada sobre lo realmente importante y así, inicia una mirada moderna casi minimalista sobre la naturaleza.
(2) Giorgio de Chirico renuncia a toda intención naturalista con el claroscuro. Las sombras proyectadas reemplazan a edificios o estatuas que no aparecen visibles y crean un efecto enigmático que desconciertan por su contraste e incongruencia con la realidad.
(3) La luz que flota en la parte superior del Guernica es una síntesis del sol, una bombilla y un ojo que ilumina a la vez que observa la escena .
(4) Cesare Pavese decía que no hay arte sin obsesión. La pasión por crear también puede ir acompañada de la pasión por coleccionar como ha sucedido con numerosos artistas. Cualquier colección es una mirada particular sobre el mundo, una visión personal que se va configurando a base de elegir y seleccionar. Una pieza lleva a otra y poco a poco, todo el conjunto adquiere una unidad como un tapiz que se teje hilo a hilo. Suele haber múltiples motivaciones para iniciar una colección pero casi siempre es la búsqueda de una luz que aclare ciertos interrogantes.
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Valerio Adami. Pablo Casals en un interior iluminado
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