La colección de dibujos está formada por un conjunto de más de ciento cincuenta obras sobre papel con notables ejemplos del manierismo italiano y el siglo de oro español. La mayor parte de las piezas no han sido expuestas y proceden de dos importantes colecciones: La Colección de la Reina María Cristina de Borbón y la Colección del Marqués de Casa Torres. El motivo principal de la selección de todas las obras es la luz. No solamente su expresión por medio del claroscuro, sino por la vibración lumínica del negro de la línea sobre el blanco del papel.
En el renacimiento italiano, la luz del humanismo aparece en todo su esplendor con sus mitos mitad hombres/ mitad dioses. El chiaro-oscuro es el dominio de la luz para conseguir las formas. Así, las luces y las sombras se utilizan para realzar el volumen y el modelado. Más tarde, con el manierismo aparece una línea nerviosa y expresiva que introduce cierta tensión en la composición como en los dibujos de los Carracci, Andrea Andreani, Parmigianino, Palma il Giovane, Polidoro da Caravaggio, Francesco Salviati, Tadeo Zuccari o uno del círculo de Michelangelo que forman parte de esta colección. Los manieristas rompen la línea clásica para introducir nuevas vibraciones lumínicas y mayor vida a sus creaciones.
El dibujo barroco español también utiliza una luz especial que dota de vida su trazo apasionado. El resplandor en el uso de las luces y las sombras de la escuela sevillana envuelve con un halo místico o aura a todas sus figuras. Los dibujos de Juan del Castillo, Cornelis Schut, Alonso Cano, Juan de Valdés Leal o algunos del taller de Murillo son buen ejemplo de estos fogonazos de luz que continúan con la escuela madrileña. Las piezas de Carreño de Miranda, Rizi, Claudio Coello, Matías de Torres y los artistas del siglo XVIII como Mariano Salvador Maella, José González Velázquez, José Camarón o Francisco Bayeu que continúan con los destellos lumínicos más sutiles sin recurrir al tenebrismo. La escuela española, a pesar de su temática exclusivamente religiosa, dibuja la luz y la vibración de la vida. Los artistas italianos que trabajaron en España y que más influyeron en los artistas españoles como Vicente Carduchi, Carlo Maratti, Luca Giordano, Corrado Giaquinto o Giambattista Tiépolo también están representados. Sobre todo Tiépolo con ese arrebato luminoso y deslumbramiento que lo inunda todo. También, los artistas franceses que establecen un puente con el mundo clásico como Nicolas Poussin, Francois Verdier, Raymond Le Fage o Francois Boucher que armonizan el volumen con el control luminoso.
Esta colección de dibujos incluye diferentes secciones como La luz romántica y sublime de los acuarelistas ingleses del siglo XIX. La belleza de lo sublime a pesar de la pequeña escala de las acuarelas que contrasta con la grandiosidad de los acantilados y paisajes. En las obras de Collingwood Smith, Hendshaw, Leader, Richardson, Southey o West se puede apreciar desde la emoción de la luz brumosa y melancólica de las islas británicas hasta el deslumbramiento del resplandor mediterráneo. La sección La luz crepuscular reúne los mejores paisajistas españoles de final de siglo como Carlos de Haes, Lhardy, Mir, Riancho, Rusiñol y Urgell entre otros. La luz de Oriente está representada por miniaturas del Arte Mogol, Kangra y Arte Chino desde el siglo XVII al XIX.
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